La situación de pobreza es la problemática de desarrollo humano más importante en Argentina y a nivel global, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. El Laboratorio “Ríe Pibito” (CONICET-UNR), coordinado por Luis Veggi, investigador adjunto del CONICET, desde el año 2010 lleva adelante acciones que tienen por objetivo promover y diseñar tecnologías para el desarrollo humano en salud de las comunidades en situación de pobreza.
Desde sus comienzos, el lugar elegido para las acciones de Ríe Pibito es el Barrio Villa Banana, que se encuentra en la zona de las avenidas 27 de Febrero y Juan Domingo Perón. Allí habitan alrededor de 10.000 personas, y las zonas de asentamiento de las viviendas se caracterizan por ser de difícil accesibilidad, ya que no existe un trazado oficial de calles. Las viviendas son en general de chapa, cartón, es decir materiales de desecho, algunas con bloques o materiales como ladrillos o barro; muy pocas poseen un contrapiso, teniendo en su mayoría piso de tierra. La conexión de luz y agua son muy precarias, escaseando esos recursos en épocas estivales. Los desagües son a través de zanjas que desembocan en canales centrales de los pasillos.
El trabajo en el Barrio
El jueves 5 de septiembre, una vez instalados en el playón de juegos que se encuentra al lado de la Escuela Marcelino Champagnat (Lima y Virasoro), los grupos de trabajo de Ríe Pibito comenzaron a trabajar, organizados en grupos. Una de las acciones de promoción de la salud que se llevaron a cabo fue la evaluación del suministro, uso y gestión del agua de consumo en los hogares.
En total se visitaron 19 hogares donde viven 79 personas. Además se realizaron 12 test de detección de HIV, y se brindó el servicio de consultoría, acción que estuvo coordinada por el profesor Miguel Taborda. También se llevaron a cabo estudios de vigilancia nutricional y consejería alimentaria, se visitaron 4 familias y se evaluaron 4 menores de 4 años, y en el puesto del campamento base se evaluaron 7 adultos.
La investigadora de CONICET Pamela Cribb coordinó la actividad de Consultoría y Detección de Chagas, con el objetivo de brindar información a la población acerca de la enfermedad y realizar un screening mediante un test de detección rápida. Participaron de esta acción la investigadora del CONICET Victoria Alonso, la becaria del Consejo Evelyn Tevere y la docente de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas, Isabel Nocito.
“La enfermedad de Chagas puede curarse si se trata en la etapa aguda y en niños y adolescentes aún en fase crónica. En adultos crónicos, el tratamiento tripanocida no es efectivo, pero un diagnóstico temprano permite realizar los controles necesarios para detectar y tratar posibles patologías asociadas a la enfermedad. En este contexto, y como parte de las actividades por el “Día Nacional por una Argentina sin Chagas”, ofrecimos a la comunidad del barrio Villa Banana de nuestra ciudad, la posibilidad de realizarse un test rápido para detección de Chagas. Muchas de las familias que hoy viven en el barrio han venido, o bien son hijos de madres que provienen de zonas donde hay una mayor incidencia de la enfermedad como el norte de nuestra provincia, Chaco, Santiago del Estero” señala Cribb.
Por su parte, un equipo conformado por integrantes de la Cátedra de Inmunología de la Facultad de Ciencias Médicas (UNR) y del Instituto de Inmunología Clínica y Experimental de Rosario Medicas (IDICER, CONICET-UNR), que contó la coordinación del Luciano D’Atillio, investigador del CONICET desarrollaron actividades con relación a la Tuberculosis. El trabajo consistió en promover en la comunidad los hábitos necesarios para prevenir posibles contagios de Tuberculosis y comunicar los síntomas más frecuentes de esta enfermedad, así como su diagnóstico y tratamiento. “Esta actividad nos permitió otorgar a las personas herramientas para prevenir y conocer los síntomas de la enfermedad para poder asistir al centro de salud en un estadio temprano de la misma y de esa manera hacer posible un correcto diagnóstico y tratamiento” señaló D´Atillio. El grupo estuvo conformado por Marisa Derio, personal de apoyo a la investigación, Georgina Gallucci, becaria del CONICET, Ariana Díaz, investigadora del CONICET y Sandra Fajardo, bioquímica del Hospital Carrasco,
María Celina Bessone, personal del apoyo del CONICET, al respecto de su participación en la actividad señala: “Fue una experiencia muy enriquecedora a nivel personal, me gustó muchísimo poder participar. Fue muy valioso para crecer como persona, más nosotros que pasamos mucho tiempo aislados en el laboratorio y no conocemos esta realidad, de personas que no la están pasando bien y no tiene ni lo básico para vivir en nuestra ciudad, acá a unas pocas cuadras”.
“No siempre es fácil encontrar espacios fuera del laboratorio donde puedan hacerse aportes desde nuestra profesión. Sumarnos a la actividad del Ríe Pibito nos permitió en esta oportunidad aportar nuestro granito de arena para facilitar diagnósticos de ETS y Chagas además de compartir la experiencia con este grupo maravilloso. En nombre de las pasantes de la Facultad de Bioquímica que me acompañaron y en el mío propio, agradecemos la invitación a participar de esta experiencia que ojalá se repita” indicó la Marcela Larrambebere del Jefa de APS del Laboratorio del Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario (CEMAR).
Larrambebere coordinó un grupo de pasantes del CEMAR conformado por Ariela Latini, Eugenia Tosti y Luciana Dagma, que se encargaron de la extracción de muestras de sangre para detección de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y colaboraron con los equipos que realizaron tests rápidos de HIV y Chagas. La presencia del equipo del CEMAR se gestó a partir de reuniones previas de coordinación de equipos sanitarios de la Municipalidad de Rosario y la Provincia de Santa Fe a partir de la iniciativa del bioquímico Eduardo Anchart, de la Subdirección Provincial de Redes de Laboratorios.
De la actividad también participaron el Becario del CONICET Juan Cruz Almada, la investigadora de CONICET Larisa Cybulsky y la docente del Área IDEPP Mariela Valentin como parte del curso de posgrado de la Escuela de Graduados de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR denominado “Tecnología, derechos humanos y situación de pobreza”. Luis Veggi, docente del curso de posgrado, señala: “Los derechos humanos tienen rango constitucional en nuestro país. En su descripción se explicita que el Estado es el responsable de resguardar y garantizar el ejercicio de los derechos humanos de los ciudadanos. En este sentido el Sistema Científico Publico Argentino, como depositario del mandato social de aportar al bienestar atendiendo las problemática vinculadas al conocimiento y la tecnología, representa entonces un participante obligado y necesario en la problemática de reducción y erradicación de la situación de pobreza.”
Colaboraciones y trabajo en equipo
Las actividades fueron financiadas por el Programa de Fortalecimiento de la Ciencia y la Tecnología en Universidades Nacionales del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación y por la 11º Convocatoria de financiamientos de proyectos de extensión “La Universidad y su Compromiso con la Sociedad” de la UNR.
Fue fundamental para las tareas, la colaboración del Centro de Convivencia Barrial Oeste, el Centro de Salud “David Staffieri”, Programa Municipal de SIDA de Rosario (Promusida) , la Guardia Urbana Municipal de la Municipalidad de Rosario y la Escuela Marcelino Champagnat. Particularmente la Agente Comunitaria Priscila Castañeda de la Secretaría de Desarrollo Social de la Municipalidad de Rosario, quien coordina el taller "Yo sí puedo" que se realiza en el Comedor de Ucha, que fue la base de acción en la zona.
Es importante destacar que la totalidad de las acciones que se desarrollan durante la jornada en el barrio tienen un trasfondo de enorme trabajo previo colectivo: el equipo del Laboratorio Ríe Pibito realiza una convocatoria para invitar y sumar a más personas a participar, brinda capacitaciones, organiza los grupos y programa la distribución de tareas y acciones para que ese día, en el barrio, las actividades puedan llevarse a cabo de manera exitosa.
Por: Ana Paradiso
CONICET Rosario